10.20.2011

Barra Criolla Bocadería

Se encuentra a unos escasos metros de la plaza Río de Janeiro en la Roma. Desde que fui por primera vez me gustó el ambiente: relajado, poco pretencioso, aunque en algún momento podría parecer que quiere ser hipster, pero el humor del lugar es muy cómodo . El mobiliario es casi todo de madera, lo cual creo siempre le da un toque distintivo a los lugares. Tienen una terraza chica, pero lo suficientemente bonita, y con buena vista a la plaza. La manera en la que se encuentra distribuido el local por dentro es de mis favoritas: la cocina está en medio y a la vista, bordeada por una barra, que aunque es un poco incómoda, invita mucho a sentarse para por lo menos estar muy cerca de lo que se está cocinando. A los costados se encuentran las mesas.

El lugar propone servir, como lo dice su nombre, bocados: platos rápidos, sencillos y ricos. La Barra se suma a la lista de establecimientos que ofrecen durante la hora de la comida un menú fijo. La opción parece excelente: entrada, plato fuerte, postre y bebida por escasos $100. (¿por qué no abundan estos lugares cerca de oficinas?) No he tenido la oportunidad de ir a comer, pero parece ser que es bastante concurrido durante la comida. En la noche si bien nunca está a reventar e imposible entrar, siempre es bueno tomar precauciones y reservar; sobre todo si es una mesa grande.  La carta está compuesta por tapas, ensaladas y pequeños platos que hacen muy fácil pedir al centro o estar pidiendo cositas cada uno. Hay de todo: cerdo, res, pescado, marisco y vegetales. Algunos bocados son muy clásicos, como la patata española y otros platillos simples pero frescos e innovadores. La barra criolla se presta mucho para ir a echar el trago con los amiguis, por lo que la lista de bebidas es amplia: trago fuerte, cócteles, variedad de cervezas, el fuerte de moda (mezcal), y una lista corta de vinos. Se agradece que tengan cerveza de barril.
Pintxos de Salmón

He ido bastantes veces, la primera vez fue una de esas veces que salí con Tere a cenar buscando un lugar que no hubiéramos ido. Desde el principio nos gustó mucho, y fue uno de esos lugares que frecuentamos con regularidad. Ahí cenamos esa vez, luego otro día fuimos después de uno de nuestros intento por escribir un ensayo en una revista (sigue el vivo el proyecto), y seguro fuimos otra vez. Después he ido con distintos grupos de amigos y ha estado bastante memorable. Particularmente  la última vez, que nos corrieron ya muy tarde por borrachos. Impresiones ha habido de todas. Cuando fue Checo sacó su típica expresión que sale cada vez que no vamos al Chilis, Applebees o Sonora Grill “está padre gooey, y cómo das con estos lugares”. En general la comida gusta a todos, aunque no falta el mamoncito que sale con comentarios como  “estas tapas no están tan bien, les falta punch” (cof cof Yerman). Pero está bien, uno que no tiene tantas oportunidades de ir a la madre patria, se conforma con lo que hay acá. Los favoritos de la afición son las: perlas de cerdo (meatballs de cerdo, con jengibre y una salsa agridulce), el pintxo de salmón (cremoso, bastante deli), la pizzeta ( pan árabe, camembert y peras), la tortilla española, que les queda bastante buena (aunque ya saben lo que opina Yerman...) ,el sashimi de callo de hacha, que está bastante exquisito y los mini-burgers, que según Dieguito se dan un tiro con las del Felix, estas últimas también me hacen muy feliz. Durante algunas de mis visitas he sido ampliamente criticado por mi glotonés, lo cual es totalmente cierto: resulta engañoso el que estén sirviendo tapitas y es muy difícil dejar de comer, sobre todo si uno tiene buen diente, aunque luego todos caen en lo mismo, como Heshu , que no dejó de fregar, pero tampoco de entrarle. La Barra Criolla inspira: esa última vez de la borrachera de mezcal Pollito nos contó la historia de su linaje sangre azul: pitic born and raised (colonia pipiris nais de hermosillo), niño bien de toda la vida.

Hamburguesitas

 La barra también se presta para llevar a comensales difíciles, como mi roomie el Mikey, que es “vegetariano” y un verdadero pain in the ass cada vez que salimos a comer. Es como ir a comer con niños.  La bocadería es una buena opción para ir con cualquier tipo de paladar y personalidad: superó la prueba de ir con un sonorense amante de la carne asada  (a ellos les suele molestar cualquier otra opción de cenar que no sea CARNE o STEAKS), el Jaime, quien aunque se vió muy cuidadoso (espero a que todos pidiéramos, probó todo y después pidió lo suyo), salió bastante contento. También me he encontrado a otros amigos, como al Cheque, que coincide en que la bocadería saca la casta. 

Los dueños y el staff son a toda madre: la vez pasada aguantaron nuestros gritos y nos invitaron una ronda de mezcal. Siempre atienden bien y constantemente te están ofreciendo y recomendándote buenas opciones.

Happy Bear
La barra Criolla – Bocadería
Reservaciones 52072301 Horarios: Lunes, Martes, Miércoles 2pm a 12am Jueves,Viernes, Sábado 2pm a 2am
twitter @barracriolla

10.04.2011

Toronto

Hungry Bear se fue de vacaciones durante septiembre. Visitó algunas ciudades de Europa y su última parada fue en Toronto. Durante el próximo mes habrá posts de París y Berlín. Aunque el objetivo principal de la vacación no fue la comida, tuve varias experiencias dignas de contar. Empezaré con Toronto, que fue una muy buena sorpresa.
El rush laboral antes de partir y la atención a Europa me dejo hacer muy poco research de Toronto y de lo que podría ser la escena culinaria de la ciudad. Aunque no había la intención inicial de meterme  mucho en este tema me logré empapar bastante gracias a Tere, quien fue la master-mind planeadora de toda mi estancia. La expectativa para próximas visitas es muy prometedora.
Toronto es una ciudad que se puede definir por su multi-culturalismo. Resulta impresionante la variedad cultural que existe en la ciudad, al grado de que al hablar con la gente se puede tener dificultades con la gran variedad de acentos que se escuchan. (juay???) Las distintas culturas que habitan la ciudad han logrado mantenerse muy fieles a sus raíces. Esto da como resultado que la oferta culinaria sea muy extensa, diversa y con cocinas locales de todo el mundo en la misma ciudad.
Brevemente les comparto la breve exposición que tuve:
The Dumpling House – China town.
El viernes alrededor de medio día, ya con algo de hambre fuimos a conocer china town y Little italy. La idea era pasear los barrios, comer donde nos diera hambre y echar el cafetín por ahí, relajado el asunto, sin prisas. Primero abarcamos Kensignton market, que es una zona vecina a china town, por Kensington avenue,  donde hay tienditas que venden todo tipo de productos de todo el mundo. Se encuentran desde tortillas mexas hasta algún queso muy exquisito en alguna tienda francesita. La opción es buenísima para ir a llenar la alacena con insumos de todo el mundo. La pequeña caminata nos dio hambre y en una esquina encontramos The Dumpling House. Restaurante chino donde el 90% de su oferta son dumplings. Pedimos dos órdenes de dumplings: unos al vapor de cerdo y otros fritos de camarón. Tere insistió en que ella prefería los al vapor ("son más sanos...bla,bla,bla") , y yo quería fritos y al vapor, por lo q pedimos las dos órdenes. También pedimos dos sopas, que estuvieron un poco de más. Las órdes de dumplings son bastante generosas. Los dumplings sencillos y deliciosos. El lugar es un excelente lugar para comer “ligero”, rápido  y rico. Les dejo a su reflexión quién comió más dumplings fritos.
Khao San Road
Comimos “ligero” porque antes de ir al teatro ese viernes cenaríamos con Ana y Daniel (Hna de Tere,esposo) en un restaurante thai en dowtown. Llegamos temprano y tuvimos que esperar  un rato para tener mesa. El lugar era muy acogedor, mesas  sencillas de madera, algunas grupales con un aire hogareño pero no descuidado, más bien un poco moderno. Desde que llegamos el hambre me invadió: los fuertes olores thai estaban a todo lo que daban.  Nos sentaron en una mesa grupal donde compartimos con otra pareja. El lugar lo había propuesto Daniel y desde el principio el olor hacía pensar que estaría buenísimo y así fue. Pedimos varios platillos al centro de las distintas secciones de la carta que ninguno nos defraudó:  crispy shrimps, fresh rolls, un curry con tamarindo tremendo, el clásico pad thai, y una de las especialidades: kha soi, una combinación de noodles, curry, y carne de cerdo espectacular. Acompañado de tiger beer  o té thai. Los platillos muy sencillos, frescos y deliciosos.  Las mujeres salieron encantadas y ambas concidieron en que el curry de tamarindo había estado especial.  A Daniel también le encantó el curry, aunque varias veces menciono lo bueno que era el pad thai, que la verdad no tengo más que concordar, estaba riquísimo. Gran recomendación de Daniel para cerrar el viernes.

Cozy y simple

St Lawrence  Market.
El mercado de St Lawrence es un mercado de comida ubicado en downtown de Toronto. El lugar es mind-blowing. Imagínense un mercado de San Juan 4-5 veces más grandes y con una variedad de productos de todo el mundo . Tiene dos pisos y sobresalen las delis italianas, donde se pueden encontrar quesos, carnes frías, hasta cosas ya preparadas o listas para comer; y las pescaderías. En las pescaderías se manejan hasta 30 variedades de salmón: del atlántico, del pacífico, salvaje, adulto, marinado, congelado, fresco, etc… El movimiento, la frescura de los productos y la cantidad de cosas que se pueden encontrar aquí son impresionantes. Un  verdadero martirio para un visitante de sólo unos cuantos días. Este es otro de los lugares donde el multiculturalismo se deja sentir. Me costo mucho trabajo no comprar, porque no hubiera tenido mucho sentido, pero si compramos varias cosas para llenar el congelador y refrigerador de Tere.

George Restaurant
Tere me había dicho que por donde vivió un tiempo había visto un restaurant que se veía bien y traía ganas de ir. Hicimos reservación para el sábado en la noche y yo invite a Jerry y Daniela, dos amigos que se acaban de casar y viven en Toronto (todos se están llendo). El lugar luce muy bien por fuera, y en principio parecería que el ambiente es algo apretado; pero la amable atención del personal te hacen sentir muy cómodo. Está ambientado de una manera moderna pero tranquila. La propuesta de la cocina del lugar es ofrecer platillos basados en productos locales y frescos: “Toronto cuisine” le llaman. El resultado es tremendo. Jerry y Daniela comentaron que aunque los platos parecían complejos y con muchos ingredientes, todo armonizaba perfectamente. Tere y yo pedimos un soft Shell crab de entrada que estaba delicioso. A Tere le encantó el lugar y la cena le pareció digna de recordar. Algo de lo que no tenía idea y platiqué bastante con Jerry ese día era que Ontario es una zona vinícola. Pedimos una botella local que estaba muy buena y era muy buen deal. Muy recomendable el George.
Cora’s
“Carrie: There are very few things this New Yorker loves as much as Sunday brunch. You can sleep until noon and still get eggs anywhere in the city” Sex and the city.
Para mi desfortuna no soy un New Yorker, pero al igual que Carrie amo los brunch. El domingo cerramos el tour del sabor de Toronto en Cora’s, un lugar que se especializa en desayunos que tiene varias sucursales en Canadá. El lugar es muy bueno y se presta mucho para que sea muy familiar, fuimos de nuevo con Daniel y Ana, y esta vez fueron con sus niños, Alex, Clara y Daniel. Todos disfrutamos mucho del lugar. Los desayunos son bastante deliciosos, algunos platillos tienen presentaciones bastante originales, como  los creppe-omelette y el salón está acondicionado totalmente para llevar a toda la familia: espacios amplios, crayolas, libros para colorear, menús para  niños. Todos los platos vienen con abundante  fruta de la temporada, muy completos. Dany y Clara salieron felices después sus hotcakes con muchas blue berries. Aunque Clara dijo después que a ella le gustaban más los huevos.  Gran lugar para brunchear en familia.
¿Cruditos?